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jueves, 21 de junio de 2012

Vuelve Chaf Chaf !

A continuación os dejo el  nuevo cuento de Ulises, una segunda parte de la historia de Chaf Chaf en la que se topa con un problema causado por los humanos...  Buscad en Wikipedia el termino "fractura hidraulica" y leed con atención el apartado repercusiones medioambientales.


Más abajo lo teneis en letra de imprenta.  Enhorabuena por pensar en verde y gracias por tu aportación, Uli! Sigue dándole al boli. Y por enviar la versión original, Andrea, agradecido. 







Chaf-Chaf contra el fracking

de Ulises Sánchez Milde


El primer día de la vuelta a casa, Chaf-Chaf, de tanta alegría, no se había fijado. Pero el segundo, ya descansado, vió algo raro en sus compañeros. Ya no eran cristalinos vomitaban cada dos por tres y no paraban de quejarse de que les dolía la cabeza. Cada vez que temblaba la tierra se agrupaban y titiritaban como si tuvieran miedo. Chaf-Chaf no entendía nada. Además nadie sabía de dónde venían los temblores. Así que se apresuró a irse a pedir consejo a la Gota Mayor. Recorrió todo el acuífero, que mira que era largo, hasta encontrar a la Gota Mayor. Por fin dio con ella cerca de un feo muro gris donde observaba con cara de preocupación una pequeña grieta, que Chaf-Chaf apenas podía distinguir. Cuando la Gota Mayor se dio cuenta de que Chaf-Chaf estaba detrás, se dio la vuelta y le miró a los ojos.

-¿Qué quieres, Chaf-Chaf?- preguntó.

Chaf-Chaf le planteó su duda y le preguntó qué estaba pasando. Ni siquiera la Gota Mayor lo sabía muy bien, pero le contó lo que había visto:
 - Ay, hijo, un día estábamos todos en asamblea cuando de repente comenzó a moverse la tierra y un gigantesco aguijón penetró por el techo, atravesó el acuífero y continuó bajando. En cierto momento escupió una masa gris que se fue secando y se quedó dura, y eso es lo que ves ahí delante, hijo mío. Nos dimos cuenta de que cuando se mueve la tierra, se hacen grietas como ésta y salen unas gotas de aspecto asqueroso. Pues yo creo que son las que nos traen todos los problemas.

Chaf-Chaf, como podéis saber, quería salvar el acuífero. Preguntó a la Gota Mayor qué podía hacer y la Gota le contestó:
- Hijo mío, sólo hay una manera de salvar el acuífero y a todos nosotros, pero no es nada fácil. Tienes que dejarte llevar por la corriente hasta salir del acuífero, poco después llegarás a una cueva en la que vive la carpa Carpus. Si se lo pides, ella quizá pueda ayudarte.
Chaf-Chaf siguió los consejos de la Gota Mayor y pronto llegó a la cueva de la carpa Carpus. Le contó la historia del acuífero.
- Bien, bien- dijo la carpa.- Conozco a un niño llamado Uli que, si le cuentas la historia, quizá te ayude.”

Así que la carpa, con Chaf-Chaf en la espalda, subió al pilón y allí justo pillaron a Uli yéndose. La carpa le pegó un salpicón con la cola y Ulises se giró. Se acercó al pilón y Chaf-Chaf le contó la historia. Al fin, cuando Chaf-Chaf terminó, Uli se fue a casa y, nada más llegar, tiró la cartera y se puso a escribir lo que Chaf-Chaf le había contado, para al día siguiente llevarlo al cole y avisar a la gente del peligro de la FRACTURA HIDRÁULICA.



domingo, 10 de junio de 2012

Blog recomendado


Dos arberos, Bea y Jandro se han lanzado a la aventura de producir su propia miel y en torno al mundo de la abeja mantienen este simpático blog. Echadle un vistazo! Bzzzz.








© Foto Apis mellifera de Luis Óscar Aguado.

martes, 5 de junio de 2012

El viaje de Chaf Chaf

Si ya conoceis a Andrea, vamos ahora, si os parece, a saber de su hijo Ulises, un querubin que escribe tan bien que le han premiado por el cuento que con los permisos pertinentes se puede leer a continuación.

Enhorabuena, Uli y sigue escribiendo, por favor!!


El viaje de Chaf-Chaf

Hola, me llamo Chaf-Chaf. Vivo en la superficie del mar y las olas me columpian mientras tomo el sol. Hoy hace mucho calor y estoy con mi amigo Chuf-Chuf. Estamos tan a gustito cuando, de repente, muchas gotitas se elevan y entonces noto como yo también lo hago. Y cada vez veo mi hogar, el mar, más y más lejos, hasta que lo pierdo de vista.
Alrededor de mí hay millones -¡trillones!- de gotitas de agua. Después de varios días una gotita grita: ¡Mirad, mirad! Pocos la oyen y acuden donde está y entonces, delante de mis ojos se eleva una gigantesca montaña. Muy sorprendido bajo en picado, me miro y … ¡He cambiado de aspecto! ¡Soy blanco! Empiezo a sentir frío y no me puedo mover. No puedo hacer nada. Paso un vértigo horrible hasta que, de pronto, siento que la caída se detiene y me quedo encima de un murete de piedra. Miro alrededor y veo a otros muchos compañeros que se han convertido en copos de nieve. Todos juntos hacemos un manto blanco y blandito que brilla al sol. Me voy acostumbrando a ser un copo de nieve, que también tiene su ventaja: ya no somos iguales, cada uno es una estrellita diferente.

Un día noto como un niño me coge, junto a otros muchos copos, y me estruja hasta que casi no puedo respirar, y cuando pienso que ha llegado mi fin, el niño nos lanza por el aire. Volamos a velocidad de 100 por hora hasta que nos estrellamos contra un muro. La peor parte se la llevan los compañeros que están debajo de mí. Se han quedado totalmente aplastados. Ahí nos quedamos hasta la mañana siguiente, sin poder dormir. Nada más salir el sol noto como, poco a poco, recuperamos nuestra forma de gotita y bajamos hasta el suelo y formamos un pequeño charco.

De nuevo, sin que me pueda resistir, me encuentro de viaje hacia el cielo. Otras gotas ya han llegado y … ¡Es fantástico! ¡Si me muevo hacia un lado soy rojo, y si lo hago hacia el otro, morado! Pero caigo y de nuevo soy aburridísimamente transparente como siempre he sido.

Llego a un río, nado y nado y … ¡Ay! Me choco por segunda vez contra un muro. Buceo un poco y encuentro una compuerta a punto de cerrarse. Pero escapo en el último momento.

Me dejo arrastrar y cuando paso por una ciudad, al salir, me viene toda una avalancha de gotas de no-sé-qué encima: malolientes y de todos los colores posibles. Lo único que sé es que agua no es. Así que me precipito a cruzar por en medio de las hermosas truchas que nadan en grupos deeee… ¡No hay tiempo que perder! Sigo a toda prisa hasta que pierdo de vista los dos lados del río. ¡Yuhuuu! ¡Estoy otra vez en el mar! He vuelto a casa.

de ULISES SÁNCHEZ MILDE



 


lunes, 4 de junio de 2012

Blog recomendado

A veces te encuentras con personas que parecen extraerle todo el jugo a la vida. Otras veces esas personas tienen ademas la generosidad de compartir la parte feliz de su existencia en este tercer planeta a partir del Sol.
Si no la conoceis, os la presento, es Andrea Milde, una artista que se suma al conjunto de personas que embelleceis el mundo.
Pasaos por este blog y vereis fulgores de todo tipo: desde orquídeas hasta un cuento de su hijo Uli en el que una gota de agua narra sus avatares. Magnífico!

Pincha aquí para sentir la maravilla